Al dormir dejamos nuestro cuerpo en un estado de
baja potencia. El cuerpo astral, que también descansa, se sitúa unos centímetros
por encima del cuerpo físico, un poco como si mezclamos agua y aceite que se
separan pero que el movimiento del agua es imitado por su reflejo superior que
es el aceite.
Los sueños, variados, no siempre son iguales y
tienen diversos grados de profundidad e intensidad algunos de ellos son simple
eliminación de basura mental y otros son mecanismos de tu cuerpo mental que te
llevan a planos de elevación espiritual o moral.
A veces, durante la vigilia previa, te puedes dar
cuenta del arranque del sueño y puedas tener cierto control sobre el, algo
parecido de lo que pasa en un sueño lucido provocado y puedes moverte entre los
diversos planos del sueño forzando ir a los que ayudan a la elevación espiritual,
sin embargo aunque tengas el control es bastante difícil interrumpir el sueño
Uno de esos planos faculta una proyección de tu
forma astral conservando plena consciencia, te proyectas al mundo físico, no a
un mundo astral.
Algunas corrientes de pensamiento indican que todos
recorremos el universo en proyección astral cada noche. Esto sencillamente no
es cierto. El mundo astral es un lugar vacío, donde rara vez puedes observar a
otras personas en el mismo plano y cuando ocurre muchas veces no es
precisamente positivo, sea por que la actitud no es demasiado amigable o sea
por que están “de casualidad” de un modo confundido, como zombies perdidos en
una noche que no es la suya.
El sueño controlado y el sueño lucido son
entrenamientos para la proyección astral.
¿Para que sirve una proyección astral?
En la forma astral tienes una carencia absoluta de
limites creativos, liberado de las ataduras del miedo, de las limitaciones físicas,
eres capaz de empezar de cero y crear tu propio mundo, quizás la única limitación
es el tiempo, dado que la proyección astral es tan agotadora que dura unos breves
minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario