De entre los diversos tipos de sanación espiritual, tiene un
papel destacada la llamada sanación esenia, para hablar de ella, es primordial
que primero sepamos que son los esenios.
Los esenios fueron una visión particular del judaísmo que existió
un breve periodo histórico que abarca desde el siglo II a. de C. al siglo I d. de
C. Podríamos hablar de que fueron una corriente esotérica por que cumplían con las premisas básicas del
esoterismo: voluntad de ingreso, filtro de selección y la exigencia a unas
normas privadas para acceder a una vida entera de estudios.
Existe la especulación que tanto Juan el Bautista como Jesús
de Nazaret pudieran haber sido esenios, pero lo cierto es que este especulación
es bastante irreal desde un punto de vista histórico, por un lado tenemos
referencias bíblicas que ambos personajes celebraban festividades que los
esenios consideraban profanas y por otro lado, los esenios de Qumram, se
casaban con 20 años de edad (aunque es cierto que habían algunos célibes).
Para hablar de sanación esenia, vamos a separar entre la
realidad y el mito, que como buen mito no es sanación.
La sanación esenia, es una sanación espiritual, es decir no
es una medicina convencional donde un síntoma se trata con un compuesto y donde
el sanador es un agente activo y el paciente un agente pasivo, es una medicina holística,
que se basa en los poderes de sanación que están en el propio organismo a sanar
y en la energía universal que les rodea. Al ser vivo a sanar, no se le
considera un cuerpo, si no que se pretende armonizar tanto el cuerpo como la
mente y el espíritu.
Es una sanación que no aporta química ni productos, solo
armoniza la mente y el espíritu para que el cuerpo reaccione y se reordene energéticamente.
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Sincretismo esenio-oriental |
Antes de seguir quiero alertar sobre diferentes propuestas
de supuesta medicina esenia que al acercarte a ellas parece el compendio del
catolicismo mas rancio y estático, supuestos métodos esenios donde se invoca a Jesús,
la Virgen María
y todos los santos. Seamos serios, los esenios eran místicos hebreos. Tampoco
hay que fiarse demasiado de las propuestas de sanadores al estilo esenio que
acaban hablando de chackras, mudras y medicina ayurvédica, ¿Alguien se imagina
a un místico cabalista del siglo I a de C, a orillas del mar muerto invocando a
santos católicos o hablando con palabras en sanscrito?. Pues no, no es muy
real.
Cierto es que la cultura es universal, los hindúes hablan de
chackras y los occidentales de circulus (ver aquí), pero es absolutamente inconcebible que un místico judío use términos
ajenos a su cultura:
Está estrictamente prohibido tomar símbolos, sonidos, imágenes, etc. de fuentes extrañas, ya que provienen de orígenes impuros y por lo tanto tienen un efecto impuro en el alma.
Está prohibido relacionarse con estos métodos no judíos como algo global o forma de vida, y darle un nombre.
Textos de la torá
La Tora nos habla de chispas divinas, que circulan por el
cuerpo humano y que estas pueden acelerarse, frenarse, modificarse por el
masaje y la palabra. Los
esenios usaban 33 palabras sagradas, de las cuales 30 corresponderían, en
grupos de 2 palabras a los 15 puntos de contacto (nota: aunque coinciden 7 de ellos, no son chackras) que descienden por la línea
media del cuerpo, estos son los verdaderos centros de energía mas 3 palabras y “masajes”
sagrados. El masaje vibracional es el que provoca la sanación.
La sanación esenia no es muy distinta de la sanación espiritual tradicional de occidente incluso, no es muy distinta de la sanación energetica
oriental, pero en GFB, como sabeis es muy purista y no le gusta mezclar conceptos,
aunque a veces hablemos de lo mismo con distintas palabras.
La sanación esenia no es complicada si se conjugan tres
factores, la pronunciación vibracional correcta de las palabras sagradas (los
que habéis terminado nuestro curso del poder de la palabra lo tendréis muy
fresco y claro), la fuerza energética para aportar o detraer energeia y conocer
los símbolos, y enseñanzas de la torá
El sonido de las letras, el sonido de las palabras y los
versículos torá no son nada sin el aliento vital y la imagen de la creación.
“Shemá Israel Hashem
Elokeinu Hashem Ejad”
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