Seis sabios ciegos, discutían de como
era un elefante, ninguno de ellos lo había visto en su totalidad y
solo se guiaban por su tacto de una sola vez que un elefante paso por
la aldea.
- El primero de los sabios tocó las costillas del animal y declaraba que un elefante era como una pared.
- El segundo sabio, afirmaba que un elefante era como una lanza, pues el solo tocó un colmillo.
- El tercer sabio, después de palmar su trompa declaraba solemnemente que un elefante es una ser iente áspera.
- Pero el cuarto sabio, discrepaba al decir que la bestia era una especie de liana, ya que de el solo toco su rabo en movimiento.
- El quinto sabio, reia a carcajadas, ¿que decís? Gritaba, al tocar la oreja, un elefante es una mariposa gigantesca.
- El ultimo de los seis sabios se levantó a comprobar quien tenia razón, y todos concluyeron que actuara de juez, toco la pata y declaró que un elefante es una especie de árbol.
Este cuento enseña la relatividad en
la que estamos sujetos en la vida, nuestra incapacidad para conocer
las verdades y la totalidad de la realidad. Por la vía de los
sentidos se aprende, pero no es mas que desde la energía interior
que completamos el conocimiento subjetivo provocado por el déficit
de información.
¡Respetemos pues las perspectivas
diferentes!
Los jainistas, amplían la historia con
un séptimo sabio, ¡siete otra vez!, que dijo: “Todos ustedes
están en lo cierto. La razón por la que cada uno de ustedes esta
diciendo diferentes cosas es que cada uno de ustedes tocó una parte
diferente del elefante. Por lo tanto el elefante tiene todas las
características que mencionaron”
Los budistas, ignoran la historia y se
preguntan: ¿Cual es la naturaleza del elefante?
La mística de Rumi, el musulmán sufí
afirma ante este cuento: “Si cada uno tuviera una visión, la
expusiera y todos fueran juntos, las diferencias desaparecerían”
Había seis hombres de Indostan
Muy propensos a aprender,
Quienes fueron a ver el elefante
(A pesar de que todos ellos eran
ciegos),
Para que cada uno de ellos por
observación
Pudieran saciar sus intelectos
Concluyen que el elefante es como una
pared,
una vívora, una lanza, un árbol, un
abanico
o una soga dependiendo de donde
tocaban.
A menudo en las guerras teológicas,
Los disputantes, pienso,
Encarrilados en la total ignorancia
De lo que los otros decían,
Y hablaban sobre el elefante
Que ninguno de ellos había visto
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