Fama Fraternitatis, es una obra
esotérica, casi mejor un manifiesto, publicado en Kassel, Alemania,
en el año 1614, de autor anónimo y desconocido, que ha sido sin
embargo atribuida por varios autores a Johann Valentin Andreae
(1586-1654), sin que exista no obstante ninguna prueba formal que
apoye esta tesis.
Junto con la Confessio Fraternitatis
y Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreuz, forman el cuerpo
fundacional de los rosacruces.
La filosofia rosacuz, desde el punto de
vista de El Camino, es una via interesante de conocer por que nos
sirve como base para el dominio de uno mismo. Desde El Camino,
entendemos que los rosacruces son los verdaderos depositarios del
conocimiento místico y esotérico de la persona y su circunstancia.
Esta filosofía rosacruz es tan importante que ha sido replicada por
multitud de ordenes esotéricas y de la Tradición en alguno de sus
grados o círculos.
La filosofía rosacruz, pese a su
inherente deísmo, posiblemente derivado de la cultura general de
Europa en el siglo XVII, es magnifica y podemos resumirla en el
acercamiento a los misterios menores del esoterismo cristiano, enseña
que, en el Sendero del Desarrollo existen dos temperamentos: el
místico y el intelectual. El místico desdeña los conocimientos
intelectuales y, en su evolución, sigue únicamente los dictados del
corazón, mientras que el intelectual atiende sólo a la razón y
desprecia el sentimiento.
Esta destinada a cristianos que por
alguna causa no les llena las explicaciones religiosas sobre la vida,
la muerte o la condenación, Las Enseñanzas de la Filosofía
Rosacruz desarrollan, paralela y simétricamente, el corazón y el
intelecto, dando explicaciones racionales a la religión y
fundamentos religiosos a la ciencia. No hacen afirmación alguna
irreconciliable con la razón y la lógica, y satisfacen a la mente,
dando una explicación razonable a todos los misterios, admitiendo
preguntas y dando respuestas lúcidas y profundas. Garantizan, además
que, cuanto afirman, lo puede comprobar personalmente cualquiera que
se tome el interés suficiente y, practicando esas Enseñanzas,
desarrolle las facultades que todos tenemos en potencia.
La Enseñanza, sin embargo, no es un
fin en sí misma, sino que se da para que el hombre pueda creer en su
corazón lo que la cabeza ha sancionado y para que comience a vivir
una vida religiosa en su verdadera acepción. El fin último, pues,
de la Enseñanza se cifra en "aprender a pensar con el corazón
y a amar con la cabeza.
Se pueden
encontrar decenas de organizaciones mas o menos conocidas o con mas o
menos éxito en cuanto afiliados y seguidores, de entre todas ellas,
yo destaco la que me parece mas pura, mas perfecta, menos
mercantilista, la Fraternitas
Rosae Crucis. A partie de esta aparecen decenas de organizaciones
rosacruces.
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