Cuando se habla de amor, todo el mundo
tiende a pensar en el amor romántico, posiblemente por que este es
el mas poderoso que existe, pero en realidad el amor es un concepto
que puede ser aplicado a diversos objetos de la vida.
El amor es la afinidad entre personas,
es un sentimiento relacionado con el afecto y el apego y provoca
sensaciones, emociones y experiencias que llevan a realizar acciones
y actitudes, el Chakra situado en el corazón Anahatha, es su
principal responsable y su principal afectado.
El amor, como el Chakra que lo
representa es fresco, puro, sin aflicción. El hinduismo clásico
indica que abrir el Chakra Anahatha, implica abrir el camino al la
universalización. Esto se entiende por que los tres Chacras
corporales (Ajana, personal o tercer ojo, Vishudda o garganta y
Anahatha o corazón), son los Chakras del Yo, y abriendo el Corazón
se llega al “nosotros”. Pero no adelantemos temas y entendamos
la relación entre el amor y la persona.
El amor, con independencia del objeto
del mismo (persona, humanidad, país, religión, amante, etc), tiene
una proporción de amor egoísta y otra de amor altruista y tenemos
que distinguirlo. El concepto del Ying-Yang es una buena imagen de la
intima relación entre las dos actitudes del amor. Evidentemente hay
extremos, por ejemplo el amor de los misioneros podría ser un
ejemplo de altruista y los planteamientos objetivistas, persiguiendo
el mismo fin serian amores con gran proporción de egoísmo.
El Anahatha, es pues la puerta entre el
yo y el nosotros, entre la persona y la sociedad, entre tu y yo,
entre lo abstracto a lo concreto, entre el nivel y la perpendicular,
entre la escuadra y el compás, entre la rosa y la espada, entre la
rosa y la cruz... véase que el amor y el Chakra del corazón inciden
en la misma filosofía que templarios, masones, rosacruces y otros
seguidores de corriente esotéricas y filosofías clásicas.
Entre el amor romántico, monacal,
ilusorio y muchas veces agotador que se produce cuando el amor se
entrega sin condiciones y entre el amor objetivista que piensa que el
egoísmo es un sentimiento noble y que cada persona es responsable de
su propia felicidad y no de la de los demás. Existe un camino, en El
Camino (valga la redundancia).
Antes de entrar en materia de tipos de
amor y su relación con las energías kundalini y el marco filosófico
de los mismos es necesario indicar que el amor en El Camino, se basa
en una proporción entre el incondicional y el egoísta, esa
proporción tiene que ser próxima a la indicada en el numero áureo,
convirtiendo el amor en una manifestación que ofrezca y reciba,
próxima a la idea filosófica del amor confluente.
El amor confluente, proporciona una
autorealizacion en cuanto que el “yo” las personas se sienten
íntegras y completas por sí solas y las relaciones en las que se
involucran solo vienen a aportarles satisfacción afectiva, sexual,
social, dándole mayor importancia a la asociación voluntaria que no
a la necesidad de sentir que se ama a alguien, algunos o algo.
El modelo de amor confluente implica la
existencia de un marco ético para el fomento de una emoción no
destructiva en la conducta individual y en la conducta comunitaria.
El amor confluente, ademas, es el único
modelo verdaderamente libre y que no coarta modelos, formas o ideas
de como tiene que ser el amor.
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