Lamentablemente vivimos
en una sociedad que ha aprendido que la medida para apreciar el valor
de alguien, es importante su situación social, la fortuna, los
diplomas, las maneras más o menos sofisticadas, la belleza fisica y
en función de estas supuestas ventajas exteriores le dan
responsabilidades o le otorgan privilegios. Esta es la razón por la
cual, a menudo las personas se quivocan en sus valoraciones a
terceros, y se equivocan porque no han tenido en cuenta lo esencial,
el carácter.
Un Iniciado, por el
contrario, para valorar a otra persona, tiene sólo en cuenta el
carácter. El carácter es el conjunto dinámico de características
de la persona. Pero nunca el conjunto de características físicas,
genéticas o familiares
Al iniciado todo lo que
una persona ha podido adquirir o recibir del exterior no le
impresiona, porque es fácil adquirir el talento, la destreza, la
erudición o incluso, la fortuna: algunos años o incluso algunos
meses, según los casos, son suficientes. Pero son necesarias vidas y
vidas de trabajo, de esfuerzo para desarrollar cualidades de
desinterés, de lealtad, de bondad, de generosidad, de coraje… Y
los Iniciados sólo tienen en cuenta estas cualidades
Pensamiento extraido de Omraam Mikhaël Aïvanhov. Libros recomendados:
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