En días pasados comentábamos, a
partir de una anécdota, la imagen que la sociedad en general tiene
de la persona que se acerca al mundo esotérico, tiene una imagen
estereotipada, quizás por los medios de comunicación, con unos
cánones muy precisos: ropas de algodón, barba (para los hombres) y
pelo largo, collares y adornos artesanales y sandalias incluso en
invierno.
Lo cierto es que esa imagen no se
acerca ni por asomo a la realidad, la mayoría de las personas que
están interesadas por el esoterismo tradicional suelen ser bastante
integradas en la sociedad, viven en su tiempo y en una gran mayoría
de los casos tienen inquietudes por exteriorizar su voluntad de
mejorar el mundo en que vivimos.
Es cierto, y aquí puede estar el quid
de la cuestión, que bajo la etiqueta esoterismo se sitúan una gran
cantidad de disciplinas, regladas o no, que se amparan en el paraguas
que da este nombre para incluir actividades que poco o nada tienen
que ver con ellas. En realidad, como veremos, si tienen que ver, pero
no del modo que nos hacen ver.
Me voy a permitir el tarot como ejemplo
paradigmático de lo que estoy diciendo.
El tarot, nos da en primera instancia
la imagen mental de “tira-cartas”, adivinos televisivos cutres,
estafadores de las ondas, empresas de telefonía con cobros mayorados
que solo buscan entretener al incauto el mayor tiempo posible con el
teléfono descolgado o en el mejor de los casos pseudo-psicologos que
en consultas privadas nos pretenden ayudar con alguna orientación,
acertada o no.
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Tarot de Visconti Sforza El primer tarot conocido. |
Sin embargo el tarot es algo muy serio.
El tarot procede de una baraja llamada el Juego los XVI Héroes que
fue creada en Milán en el siglo XV, con una conexión simbólica con
la cábala, así como con el simbolismo egipcio, con el tiempo, las
cartas del tarot, tuvieron influencias y añadidos, en primera
instancia por los cátaros medievales y la cultura occitana (de regeneración espiritual cristiana) siendo
la prueba mas evidente la carta de la Papisa, que da importancia a los
personajes femeninos.
Las sociedades esotéricas posteriores,
usaron y fijaron el tarot como una transmisión de un conocimiento
filosófico, son muy importantes las apreciaciones sobre estas cartas
de los grandes místicos Eliphas Levi y Papus y Court de Gebelin,
este ultimo, escribió un tratado, "Le Monde Primitif"
donde vinculaba el mensaje esotérico a la masonería y a gnosis
cristiana.
Como antes he dicho, el tarot es algo
muy serio.
¿Como algo tan serio ha llegado a ser
sinónimo de embaucadores televisivos?, lo diré: el esoterismo, el
verdadero esoterismo, no es comercial ni es para todos, cualquiera
que comercialice o diga que es para todos, miente.
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