Continuando con los post relacionados con conceptos básicos
de numerología, vamos a abordar lo que para las antiguas escuelas, avaladas por
los escritos de Teón de Esirna, Porfirio o Plutarco, eran los significados
primarios de los números.
El uno o la
mónada. Llama a la mente porque la mente es estable (no
hablamos del pensamiento), es neutro y por su característica de mutabilidad del
par (sumado al par el resultado es impar y viceversa), era considerado como
numero divino. Nota: los pitagóricos distinguían los numero validos los pares y
números inválidos los impares, ergo el uno, convierte lo profano en sagrado y
lo sagrado en profano.
Símbolo de la sabiduría y de Dios.
El dos o la díada, es la dualidad y la osadía (es el primer
numero que se aleja de la sabiduría), por lo tanto es símbolo de la duda, (ojo,
no de la ignorancia) duda que nos permite comprender y razonar.
El tres o la triada, es el primer número impar (si atendemos
a que la mónada es más que un número) y hace referencia a que de la mónada nace
la díada que son los dos mundos. (dualidad, ying yan, Rex Mundi etc.).
El cuatro o la tétrada, es el número primigenio, raíz de todo
y fuente de la naturaleza, numero perfecto por excelencia. La tétrada es el continente
de todos los hombres, los elementos los números y los estaciones y nada puede
existir sin el.
El cinco o la péntada, la unión de la dualidad y la imagen
de la creación de la triada, hacen del cinco el numero de hombre, simboliza la
naturaleza y es la fuente del pentagrama que es la geometría del numero de
Dios.
El seis o la héxada, como decía San Clemente de Alejandría representa
la creación del mundo y por lo tanto de la imperfección inherente al libre albedrío.
Numero imperfecto.
El siete o la héptada, numero sagrado y perfecto, une al
hombre con la dualidad, anula la imperfección al unirse a la mónada y es
atributo de Osiris, Clío y Aegis.
El ocho o la ogoáda, numero misterios relacionado con los
misterios eleusinos, el pequeño número sagrado, recuerda a las serpientes del
caduceo de Hermes y llama al amor, consejo, prudencia y ley.
El nueve o la enéada, primer cuadrado de numero impar puro
(sin la mónada), es el numero de círculos que debe pasar un iniciado para
convertirse en Maestro y esta relacionado con la génesis, la geometría, la
grandeza, la germinación y la gnosis (obsérvese la letra “G”). Para los
eleusinos era peligroso al ser un 6 invertido.
El diez o la década, el mayor de los números por que abarca
todas las proporciones armónicas y por que su reducción (10=1+1=1) corresponde
a la mónada. Su
poder se preacciona con las divinidades
Introducción a la numerología, parte 1
Introducción a la numerología, parte 2
Introducción a la numerología, parte 3
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