En el mundo Scout, aparentemente -notese el aparentemente- nada esotérico por cierto, existe
la llamada “experiencia de soledad”, que también es llamada “experiencia del desierto”,
consiste básicamente en un retiro voluntario, en el contexto de un campamento o
acampada donde el aspirante al “roverismo”, que es una etapa de los scout en una edad post-adolescencia (17-20 años), pasa unas
horas –generalmente una noche- en soledad. El objetivo es que el scout “sienta,
se concentre, abra los ojos, se deje llevar, imagine y se conozca a si mismo”
El método scout utiliza diversas estrategias con objeto de los
miembros adquieran valores positivos algunos de ellos totalmente sociales y
humanistas, pero la experiencia de soledad invita a la reflexión interior en
pos de un camino de libertad personal.
Conceptualmente hablando, la experiencia de soledad no esta
muy alejada de la cámara de reflexiones masónica o de la espera a las puertas
del pronaos rosacruz antes de la iniciación, tampoco se aleja mucho de la idea
del sin par Don Quijote, que consideraba velar sus armas como un don cuasi
divino argumentándoselo al ventero de la siguiente forma:
“redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano y así os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero, y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado”
Buscando más raíces, podemos bucear en las fuentes cabalísticas, en
la Torah podemos encontrar que "es bueno estar un día entero sin hablar", experiencia a la que
llama “ayuno del habla”.
¿Por qué es bueno el silencio introspectivo, sea scout, masónico,
rosacruz, cabalístico o simplemente como método de evolución espiritual?
En primera instancia, si dejamos de hablar nos vemos
obligados a escuchar, pero al estar solos, no tenemos mas remedio que escucharnos
a nosotros mismos y escucharse a uno mismo necesita invariablemente salirse de las frases vacuas o ensentido contrario de las grandilocuentes, para escuchar la verdad que tenemos en nuestro interior,
encontraremos en nuestra auto conversación que no nos gustan nuestras palabras
e intentaremos matizarlas buscando las que menos nos auto molesten,
comprendiendo que a veces nuestras palabras hacen daño, ¡si nos hacen daño hacia
nosotros mismos! ¿Qué no harán contra los demás?.
Te desafío, no te voy a proponer un silencio de un día
completo como dicen los cabalistas, ni tampoco enfrentarte a ti mismo ante la
muerte profana como en la practica ritual esotérica, te desafío a algo mas
sencillo, la experiencia de soledad scout. Elige 12 horas, cualquier día de un fin
de semana o festivo para ti servirá, prepara una botella de agua, un par de bocadillos y acude a
cualquier ruta de senderismo, a un camino rural o similar, pasea y siéntate en
una roca o un árbol, disponte a escuchar, ¿Qué escucharas?, yo también me
pregunto que escucharas de ti mismo, pero
¡te advierto! No todos pueden estar conversando consigo mismo.
A veces somos insorportables, quizás encontremos lo que de nosotros debemos pulir para ser mejores personas.
A veces somos insorportables, quizás encontremos lo que de nosotros debemos pulir para ser mejores personas.
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