Siguiendo esta
pequeña serie de personajes relacionados con el mundo esotérico y
el misticismo, recientemente un lector nos ha recordado al maestro
Eckhart, lo cual agradecemos porque la memoria suele ser corta y a
veces un comentario nos sirve de “percha” para un post.
Eckhart de Hochheim,
nació en 1260 en Turingia, en la actual Alemania, fue un religioso
dominico que pasó a la historia por su obra teológica y filosófica
ademas de ser un reconocido profesor de la Antigua Universidad de
París, de su paso por esta universidad le viene el titulo de
“meister Eckhart” del que heredamos “Maestro Eckhart”.
Su obra, es una
visión mística mas anclada en el neoplatonismo que en la ortodoxia
cristiana, razón que le llevo al tribunal de la inquisición, su
juicio fue un enrocamiento entre quienes querían condenarlo y
quienes querían salvarlo, discusión que se extendió por toda la cristiandad, hasta el punto que el Papa Juan XXII
intervino (aunque tarde) en el proceso. Esto demuestra que sus
teorías, mas que heréticas eran rompedoras y modernizantes. En
efecto, sus especulaciones sobre lo divino, sus tendencias al
misticismo condujeron a las autoridades religiosas a sospechar del
Maestro Eckhart al tiempo que otros teólogos lo apoyaban, esta "divergencia" en las opiniones de los teólogos provoco la intervención del Papa Juan XXII, condenando sus ideas.
Pero lo importante
es su obra e ideas. Fue uno de los teólogos mas importantes del
medievo y sus afirmaciones, basadas fundamentalmente en el estudio de
la Biblia bajo la influencia de Aristoteles y Tomas de Aquino. El
Maestro Eckhart toma una posición en contra de la teología alemana
imperante en la época pero sin entrar en debate con ella,
posiblemente sus criticas fueran decisivas en la reforma protestante
que ocurriría siglos después. Fue el primero en pedir el uso de
lenguas vernáculas en el culto e incidió en el énfasis del
secularismo en contraste con la interpretación sacramental de la
ortodoxia cristiana.
Eckhart, para
guiarnos al acercamiento con la divinidad, con la fuente de la
creación o como dijo en sus propias palabras “la verdad interior
de cada uno de nosotros” recomendaba:
- Tener cuidado tanto con los laicos, como con el clero (independencia y libertad de pensamiento)
- Mantenerse alerta en educación y la predica. (Nunca dejar de aprender y enseñar)
- No considerar el ascetismo. (Los placeres carnales no son necesariamente malos pero si alejan de la divinidad)
- Observar a la divinidad y no a la Iglesia.
El concepto de la
divinidad según Eckhart
Dios está por
encima de todo y no es definible. Esta apreciación es muy similar al
dios cabalístico. Ademas en su sermón “bienaventurados los pobres
de espíritu”, invita a los fieles a orar a Dios con el fin de
liberarlos de dios (observese las mayúsculas y minúsculas en la
palabra dios), entiende a Dios como indefinibles y total,
incognoscible y a dios como un ser supremo totémico y
representativo. Así pues dios como tótem y representación de la
fuente de creación, es la idea de que el hombre utiliza para
"pedir", a buscar consuelo todos los días, casi una
"superstición", la primera es, por supuesto, "El que
es" tan indefinible y el total de en Él, con Él y por medio de
Él no hay nada más que él.
La búsqueda.
Para Eckhart el ser humano se equivoca buscando la felicidad y la plenitud en el mundo material, búsqueda que siempre sera equivocada. Enseñaba que cierto desapego (sin llegar al ascetismo) respecto a los bienes materiales y a las "demás criaturas" (¿incluía también a otras personas?), nos situaría un camino interior de comprensión de la divinidad, que sería una fuente inagotable de felicidad
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