¿Que es la numerología, orígenes? Tipos de numerología.
Algo
en nosotros nos dice que hay algún tipo de sabiduría en los números
y que esta sabiduría desvela un significado secreto siendo este el
motivo por el cual las escuelas iniciáticas, empezando por las
pitagóricas, han trabajado en desentrañar sus múltiples misterios.
La
incertidumbre del mensaje de los números, la comparten todos los
estudiosos y no llegan a un acuerdo consensuado, por ello es
desaconsejable hacer afirmaciones definitivas a partir de la
información indefinida y fragmentada que poseemos. En esta
introducción, queremos unicamente hacer notar la búsqueda desde la
antigüedad y llegar a una sola conclusión: La magia de los números
esta en el el poder numérico de las palabras.
Para
iniciar nuestro viaje, recordemos a Plutarco:
Los
pitagóricos van, sin duda, más lejos y honran los números pares y
los diagramas geométricos con los nombres y los títulos de los
dioses.
En
el frontispicio de la escuela platónica, grabado en la piedra decía:
Aquí
no entra nadie que no sepa geometría
El
masón, simbolista y ocultista Albert Pike en su “symbolism” para
los altos grados, decía:
Es
indudable que los nombres de los distintos números son en si mismo
enigmáticos y simbólico y casi no cabe duda que en la época de
Plutarco los significados que escondían aquellos nombre se habían
perdido, los platónicos, habían logrado ocultar sus símbolos con
un velo que resultaba impenetrable sin su explicación.
La
clave de cómo trabajar la numerología esta en un texto hermético,
velado para ojos profanos pero revelados para iniciados en la ciencia
del estudio hermético:
Porque
así como el poder del tres y el triangulo expresa la naturaleza de
Plutón, Baco y Marte, y las propiedades del cuatro y el cuadrado,
las de Rea, Venus, Ceres, Vesta y Juno, y las del doce y el
dodecaedro las de Júpiter, entonces, el cincuenta y seis expresa la
naturaleza del Tifón.
Recordemos
el libro de las Revelaciones de san Juan donde el uno es Dios, el
cuatro es lo terrenal, el seis la imperfección, el siete la
perfección, el doce, las tribus de Israel, también tenemos los tres
septenarios el de los sellos, el de las trompetas y el de las copas.
Pero
el número es palabra y la palabra es la clave de bóveda, recordemos
de nuevo el Apocalipsis:
Aquí
hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la
bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos
sesenta y seis.
El
número es verbo, es palabra, la numerología en consecuencia es el
estudio del método para obtener el poder numérico de las palabras.
Si
queremos conocer el poder numérico de un nombre o una palabra, es
innegable que el primer paso es conocer su grafía y pronunciación
en la lengua original de dicha palabra, en especial, si se quiere
valorar un texto sagrado o un texto hermético. Es conveniente, o
mejor dicho, necesario, buscar la grafía más antigua, no por
antigua sino por su cercanía al origen, en el caso de personas se
busca el nombre de “identificación” o “reconocimiento”.
Como
ejemplo de esta necesidad de ir a la fuente, voy a usar una palabra
ABRAXAS que es el nombre de un talismán gnóstico que representa la
dualidad del bien/mal, dios/hombre y fundamentalmente la cotidianidad
de la vida representando los días que transcurren.
Si
aplicamos las tablas numerológicas secuenciales, de las cuales no
vamos a volver a tratar en este curso a la palabra ABRAXAS
tendríamos:
A=1
B=2 R=9 A=1 X=6 A=1 S=1 en consecuencia ABRAXAS= 21 que no tendría
ningún significado en su tesitura de talismán.
Pero
si aplicamos las tablas numerológicas a ἄβραξας (Abraxas en
griego, literalmente fuego):
ἄ=1
β=2 ρ=100 α=1 ξ=60 α=1 ς (final)= 200 en consecuencia ἄβραξας=
365 que son los días del año y que representan la cotidianidad de
los días, con sus momentos de profanidad y divinidad, de bien y mal.
Los
pitagóricos, no creían en la posibilidad de que pudiéramos usar la
fuerza numerológica para cambiar la vibración de un nombre con la
esperanza de mejorar el temperamento, la situación financiera o
cualesquier deficiencia del ser humano, pero los gnósticos y los
esotéricos de todos los tiempos sí.
El
peligro de usar talismanes o numerología para modificar la vibración
es, como no, hacerlo mal, en el mercado esotérico lamentablemente
encontramos la venta sistemática de cuarzos, metales y talismanes
que actúan, sí, actúan, pero la mayoría de veces no sabemos como.
Continuando
con conceptos básicos de numerología, vamos a abordar lo que para
las antiguas escuelas, avaladas por los escritos de Teón de Esirna,
Porfirio o Plutarco, eran los significados primarios de los números.
El
uno o la monada. Llama a la mente porque la mente es estable (no
hablamos del pensamiento), es neutro y por su característica de
mutabilidad del par (sumado al par el resultado es impar y
viceversa), era considerado como numero divino. Nota: los pitagóricos
distinguían los numero validos los pares y números inválidos los
impares, ergo el uno, convierte lo profano en sagrado y lo sagrado en
profano.
Símbolo
de la sabiduría y de Dios.
El
dos o la díada, es la dualidad y la osadía (es el primer numero
que se aleja de la sabiduría), por lo tanto es símbolo de la duda,
(ojo, no de la ignorancia) duda que nos permite comprender y razonar.
El
tres o la triada, es el primer número impar (si atendemos a que la
monada. es más que un número) y hace referencia a que de la monada.
nace la díada que son los dos mundos. (dualidad, ying yan, Rex Mundi
etc.).
El
cuatro o la tétrada, es el número primigenio, raíz de todo y
fuente de la naturaleza, numero perfecto por excelencia. La tétrada
es el continente de todos los hombres, los elementos los números y
los estaciones y nada puede existir sin el.
El
cinco o la péntada, la unión de la dualidad y la imagen de la
creación de la triada, hacen del cinco el numero de hombre,
simboliza la naturaleza y es la fuente del pentagrama que es la
geometría del numero de Dios.
El
seis o la héxada, como decía San Clemente de Alejandría
representa la creación del mundo y por lo tanto de la imperfección
inherente al libre albedrío. Numero imperfecto.
El
siete o la héptada, numero sagrado y perfecto, une al hombre con
la dualidad, anula la imperfección al unirse a la monada. y es
atributo de Osiris, Clío y Aegis.
El
ocho o la ogoáda, numero misterios relacionado con los misterios
eleusinos, el pequeño número sagrado, recuerda a las serpientes del
caduceo de Hermes y llama al amor, consejo, prudencia y ley.
El
nueve o la enéada, primer cuadrado de numero impar puro (sin la
monada.), es el numero de círculos que debe pasar un iniciado para
convertirse en Maestro y esta relacionado con la génesis, la
geometría, la grandeza, la germinación y la gnosis (obsérvese la
letra “G”). Para los eleusinos era peligroso al ser un 6
invertido.
El
diez o la década, el mayor de los números por que abarca todas
las proporciones armónicas y por que su reducción (10=1+1=1)
corresponde a la monada. Su poder se preacciona con las divinidades
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