El objetivo del esoterismo, el
misticismo y la espiritualidad, es algo bastante simple: la armonía.
La armonía era definida por los grandes filósofos como el requisito
esencial e intrínseco de la belleza. La armonía pues es algo
compuesto de partes que en si mismas se denominan bellas.
La armonía y la belleza a la que nos
referimos, es exactamente la misma idea que en el Génesis Bíblico
se denomina como “bueno”, recordemos pues, el mito de la
creación: “Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz
de las tinieblas (Génesis 1:4)., por consiguiente lo bueno, lo bello
lo armónico es lo que se manifiesta en la propia naturaleza en el
mundo que la forma en su mas sencilla expresión.
Sin embargo los humanos, con
independencia de nuestra cultura, comprendemos que el universo esta
compuesto por grados sucesivos de lo bueno y lo malo, lo bello y lo
innoble lo armonioso y discordante.
El esoterismo, entiende en esos grados
de armonía que lo material es el grado mas bajo del bien y lo
espiritual es el Summum bonum (el mayor bien), algunos filósofos
contemporáneos y el autor de este escrito también opinan que hoy en
día hay un grado de bondad mas bajo que lo material, que es lo
virtual, dado que vivimos en un mundo que opera bajo unos y ceros que
representan riquezas y pobrezas, pero volviendo al tema, la creación,
la naturaleza es en distintos grados buena y el mal no es mas que el
sentido mínimo de la expresión del bien.
El mal en realidad es la combinación
menos armoniosa de elementos que en su estado natural deberían ser
armónicos y la perfección sería la manifestación de la voluntad
del bien eterno.
¿Estoy diciendo que no existe el mal?,
en efecto, el mal no es mas que acciones o manifestaciones que de
algún modo no se ajustan a la idea general del bien y el problema
que nos encontramos es que lo que naturalmente es armónico o no, es
distinto de persona a persona, de pueblo a pueblo y de país a país
Si entendemos que la creación por
parte de la fuente (llamarle con el nombre de Dios que desees), es
omnisciente, omnipresente, omnipotente y omnibenevolente ¿Donde cabe
el mal sino en la incorrecta interpretación de los hombres?, el
cristianismo y casi hoy en día casi todas las culturas apelan al
libre albedrío por lo que el ser humano es libre para trazar su
propio camino, y por tanto libre para escoger el bien o no.
Llegamos a la paradoja de la
interpretación del bien y el mal, en algunos pueblos tienen
costumbres que nos asquean y nosotros tenemos costumbres que asquean
a otros pueblos. ¿Acaso tenemos unos sobre otros una supremacía
moral que nos permite distinguir que es mas armónico o no?. En
efecto, no la tenemos, solo nos queda un concepto donde trabajar, la
tolerancia
La tolerancia es la aceptación de lo
que no comprendemos o lo que nos repele por el solo hecho que podemos
estar equivocados, busca el respeto y cambiar las actitudes que
entendemos que no son correctas por la vía de la educación y la
pedagogía
Un iniciado, es básicamente una
persona que escucha, interioriza, interpreta y explica.
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